domingo, 20 de octubre de 2013

"Flirtear a ciegas"


III Congreso Mundial de Sexología Médica.
8,9 y 10 de Noviembre en Málaga.


El flirteo, nos ofrece la posibilidad de sentirnos como que somos una buena compañía, que somos atractivos, e interesantes para otras personas.
Flirtear mejora, la autoestima,  y contribuye a reforzar la autoconfianza, y seguridad que mostramos en nuestras conductas de conquista.


¿Te gusta flirtear?
¿Sabes hacerlo?
¿Crees que se necesitan recursos o habilidades para flirtear?
Las redes sociales ¿qué papel juegan en el “flirteo”? ¿Lo facilitan? ¿Lo dificultan?
Los ojos, la mirada ¿está siempre presente cuando flirteamos?
¿Sabes flirtear sin mirar a los ojos, sin que te miren otros ojos?
Y las personas ciegas o con deficiencia visual ¿Flirtean? ¿Cómo lo hacen? ¿Cómo lo harías tú con ellas?

Si te gusta “flirtear”, si eres una persona abierta a la diversidad (funcional, sexual, cultural o generacional) este taller te seducirá...

¿Quieres, te atreves a “flirtear” conmigo?

Te espero el dommingo, 10 de noviembre a las 10h en el III Congreso Mundial de Sexología Médica en Málaga. 
Para ver el programa de esta jornada, pincha más abajo:

Taller "Flirtear a ciegas": III Congreso Mundial de Sexología Médica. Málaga.


La Asociación Mundial de Sexología Médica (WAMS), que se reúne por primera vez en España, acogerá en Málaga a un importante panel de expertos en Sexología de todos los continentes y de las diferentes áreas del saber, constituyendo el evento científico sexológico más importante del siglo XXI en nuestro país desde la celebración del XV Congreso Latinoamericano de Sexología y Educación Sexual (Alicante) y el XI Congreso Europeo de Sexología (Madrid).

sábado, 11 de mayo de 2013

El Centro virtual de Psicología de la UNED. (C.V.Psi)

La atención psicológica prestada por los mejores profesionales,
al alcance de todas las personas.
Ya me puedes encontrar en el "Centro Virtual de Psicología" de la U.N.E.D.

·       Ofrece ayuda profesional a cualquier persona interesada en recibir atención psicológica por videoconferencia, evitando los desplazamientos y accediendo a los mejores especialistas
·       Los servicios se prestan principalmente por Internet a través de su exclusivo sistema de VIDEOCONFERENCIA; las intervenciones se realizan en un espacio virtual que permite una eficaz y cómoda comunicación, cara a cara, entre cliente y psicólogo. De esta forma se mantiene todo el valor de una entrevista presencial pero se evitan los costes (desplazamiento y tiempo) que eso implica.
·        En el CVPsi sólo se consideran y se utilizan las técnicas psicológicas científicas que han mostrado su eficacia en el contexto de la Psicología aplicada. En todos los casos la atención es llevada a cabo por especialistas con titulación universitaria y que están capacitados para el ejercicio profesional.
¿Cómo funciona el CVPsi?
Cuando usted lo necesite

Cuando una persona desea recibir atención en nuestro Centro virtual de Psicología puede contactar con nosotros por alguna de los tres procedimientos que hemos dispuesto para ello: a) teléfono 628659747) b) a través de nuestros formularios de cotacto o c) enviando un email a citas@cvpsi.com.

No le de más vueltas, ¡solicite el servicio! la cita de admisión y la primera entrevista son gratuitas.

Cuando recibimos la solicitud, sea por la vía que sea, una psicóloga de nuestro servicio de admisiones, se pone en contacto con la persona que solicita ayuda, para realizar una primera valoración del problema y para determinar, si en ese caso, es posible la atención por videoconferencia. En esta “entrevista de admisión”, que es gratuita, la coordinadora de admisiones explica cómo es el funcionamiento de nuestro sistema de atención por videoconferencia y se asegura, muchas veces mediante una prueba, de que es posible realizar una conexión de calidad.

Obtenga la atención que necesita

Una vez acordados los términos concretos de la atención que vamos a prestar (profesional que atenderá, hora de la cita y precio de cada sesión), la persona que solicita atención debe cumplimentar un formulario de “consentimiento informado” y aceptación de las condiciones del servicio.

Organícese a su manera

El día anterior a la cita que se ha concertado, nuestros clientes reciben un email “recordatorio” que además incluye un “hiper-enlace” desde el que, a la hora de la cita, podrá establecer la videoconferencia con el profesional que le atenderá. La primera sesión ES GRATIS.

Las siguientes citas son de pago

Después de la primera entrevista, lo habitual es que el especialista y el cliente acuerden seguir viéndose durante una serie de sesiones. Si es así, acuerdan la fecha de la siguiente sesión y se despiden. Al “salir” de la videoconferencia, los usuarios de nuestros servicios deben cumplimentar el formulario de confirmación de visitas sucesivas; en este documento dejan constancia de su reserva con este profesional; hecho esto reciben un correo electrónico que les indica la forma de realizar el pago de la sesión que acaban de contratar mediante tarjeta de crédito o débito. Los pagos se realizan desde una “pasarela” bancaria segura. La fundación UNED, que gestiona este servicio, tiene una dilatada experiencia, de más de 15 años, utilizando este sistema cobros y garantiza la confidencialidad y seguridad de los datos de nuestros usuarios.

Con la flexibilidad que usted necesita

Hay que tener en cuenta que este pago por adelantado no es un rígido compromiso, ya que se puede cambiar o anular la cita hasta 24 horas antes (en el caso de anulación se devuelve íntegramente la cantidad de dinero adelantado).

El día anterior a la cita concertada se recibe el email “recordatorio” que incluye un “hiper-enlace” desde el que, a la hora de la cita, se accede a la videoconferencia.

El procedimiento para las sucesivas sesiones con el especialista se repite de la misma forma: tras cada entrevista se concierta la nueva cita, se cumplimenta el “formulario de visitas sucesivas”, se accede a la pasarela de pago y 24 horas antes de la cita se recibe el email recordando la cita y proporcionando el enlace para la videoconferencia.

Le escuchamos, ¡cuéntenos!

Una vez finalizado el trabajo con el especialista, pedimos los usuarios de nuestros Centro virtual de Psicología que valoren de la atención recibida, por lo que tras la última entrevista, en vez del “formulario de visitas sucesivas” pedimos que se conteste al “formulario de valoración del servicio”.

Más información:

 Fdo.: Raquel Díaz Illescas

lunes, 11 de marzo de 2013

¿Qué esperamos de la pareja?

Lo que queremos y lo que esperamos de la pareja, aun pareciendo lo mismo, no lo es.  
Podemos querer que nuestra pareja sea alguien tranquila, por ejemplo, pero esperamos que lo sea cuando nosotras entendemos debe serlo, y por supuesto, esperamos que deje de serlo cuando nosotras también pensemos que debe dejar de serlo…
De manera que suele ser frecuente que lo que queremos y lo que esperamos de nuestra pareja no se encuentren en armonía, y quizá es por eso que aún teniendo ésta todo aquello que supuestamente queríamos en una pareja, con el tiempo, esta no hace con sus “cualidades” lo que nosotras esperábamos que hiciera. Y entonces surge la pregunta más común: si tiene todo aquello que me gusta ¿Qué hace que no me sienta bien?
Muy simple: la mayor parte del tiempo que vivimos en pareja nos la pasamos esperando que haga o diga aquello que nosotras desearíamos que hiciera en este u otro momento.
Y ¿que esperamos de la pareja?:
ü  Que nos haga sentir queridas, que nos diga con palabras que nos quiere y que con sus hechos lo confirme.
ü  Que nos diga lo que piensa y siente.
ü  Que nos escuche sin interrupciones y que a ser posible esté de acuerdo con nosotras “en la mayoría” de las cuestiones.
ü  Esperamos que nos preste toda su atención, pero también que nos hable y si es posible que nos de soluciones...
ü  Esperamos que cuando le preguntamos en qué está pensando que nos lo diga, y no nos sirve: en nada.
ü  Que no nos mienta y si lo hace que sea “por una causa justificada”.
ü  Que no nos haga daño, que aborde los temas complicados con tacto.
ü  Que sea resolutiva.
ü  Que nos haga reír.
ü  Que si no tiene un atractivo natural, que cuide su aseo e imagen.
ü  Que comparta con nosotras las tareas domesticas.
ü  Que salga de ella acompañarnos a este u otro sitio, que no espere a que se lo tengamos que decir.
ü  Que se acuerde de las efemérides especiales y además que tenga un detalle. 
ü  Que “adivine” lo que queremos, pensamos y deseamos en tal o cual momento.
ü  Que nos sorprenda.
ü  Que nos haga sentir única, aunque sepamos que mira y/o fantasea con otras.
ü  Esperamos ver y sentir que se lo está pasando bien en los encuentros sexuales, no solo que nos diga que se lo ha pasado bien, queremos sentir que así ha sido.
ü  Esperamos que nos diga lo estupenda y maravillosas que estamos  con esto o aquello.
ü  Esperamos que nos lleve al clímax (claro currándoselo), explorando aquí y allá.  Que sepa dónde debe acariciar, tocar o lamer ¿sin darle pistas?
ü  Esperamos que sea comprensiva y que nos entienda cuando decimos “hoy no me apetece”.
ü  Y la mayoría lo resumiría diciendo: Que nos haga sentir bien.
Y todo esto  ¿no es demasiado esperar y poco actuar? Y nosotras ¿qué estamos dispuestas a dar?
Seguiremos…
Puedes leer la anterior:

Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

martes, 5 de marzo de 2013

Intervención en Radio CLM en programa “El Pasacalles”.

El deseo sexual de las mujeres: la inapetencia sexual...

Una deliciosa charla con Mª José Acevedo del Cerro en el programa “Pasacalles” de Radio CLM y con Pedro Camacho García de la web “Enfermería 24”

Escúchalo cuando puedas, quieras o desees. Aquí te dejo el enlace:

 




Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

sábado, 23 de febrero de 2013

Las expectativas de felicidad en pareja.

 “Ya no seré feliz. Tal vez no importa. Hay tantas otras cosas en el mundo” Jorge Luis Borges.
El deseo de felicidad se encuentra siempre vivo en la pareja., y como saben y como pueden  reclaman al otro su necesidad de sentirse bien. Y a veces es verdad que la forma de hacerlo no es la más adecuada ni conveniente para a conseguir lo deseado. Pero el reproche y la culpa se instalan en una dialéctica ya aprendida que parece no conocer otra forma de expresar lo que se piensa y siente, lo que necesitan o desean y entonces los afectos se enfrían y la sexualidad se ausenta con la esperanza de volver de la mano nuevamente de la afectividad.
Lamentarse y culpabilizar al otro de tener demasiados espacios vacíos, carencias afectivas y/o sexuales, desmotivación o desgana para hacer esto o aquello,  suele ser una práctica al uso en la pareja en conflicto. Asumir la responsabilidad que cada cual tiene en lo que hace o deja de hacer y por supuesto lo que permite al otro que haga o diga, sería un primer paso para entender y comprender lo que está sucediendo en su vida en común.
Sería importante y no menos interesante plantearnos algunas cuestiones que puedan dar respuesta a nuestras demandas, analizando si lo que queremos y esperamos de la pareja, está en consonancia con lo que nosotros podemos o estamos en disposición de darle a ésta. Esto quizá nos ayude a entender dónde radica nuestra sensación de ausencia de felicidad:
¿Qué queremos de la pareja?
ü  Queremos alguien a quien amar y que nos ame.
ü  Que nos respete, valore y cuide.
ü  Alguien en quién poder confiar.
ü  Que sea educado y a ser posible inteligente.
ü  Que tenga buen sentido del humor.
ü  Que nos guste, que nos “ponga” .
ü  Que sea sensible.
ü  Que tenga personalidad.
ü  Queremos alguien a quien poder decirle lo que sentimos, alguien que nos mire a los ojos mientras hablamos.
ü   Queremos alguien con quien poder compartir experiencias, vivencias y un proyecto de vida.
ü  Queremos estar entre sus prioridades.
ü  Queremos Fidelidad y compromiso.
ü   Queremos sentirnos deseados. No sirve solo que nos lo digan, queremos sentirlo.
ü  Queremos que le guste el sexo.
ü  Y sobre todo, queremos alguien con quien sentirnos bien.
Y con todas estas cualidades y virtudes varias ¿qué esperamos de nuestra pareja?
Seguiremos…
Fdo.: Raquel Díaz Illescas

domingo, 10 de febrero de 2013

Desvincularse

.. ."no puedo más", “ya no sé qué más puedo hacer”, "es imposible" "así no podemos seguir", "ya nada nos une", "somos como dos extraños", "me siento sola cuando estamos juntos",  "no tenemos de qué hablar", "nunca tiene una palabra amable de afecto, cariño", "no sé nunca cómo se siente, tengo que adivinarlo", "siempre es lo mismo", “solo se acerca a mi cuando quiere sexo”.

En cada una de estas frases subyace una necesidad de cambio 
El deseo de cambio se encuentra activo prácticamente durante toda la vida de convivencia  de la pareja.
Aún cuando sentimos que no nos quieren como desearíamos, no nos cuidan como necesitamos, aún y así las personas vivimos esperanzadas en que la persona que está a nuestro lado un día tenga un gesto amable con nosotros. Nos diga lo guapa y estupenda que estamos, lo mucho que nos quiere y lo que nos necesita. Y es entonces cuando pensamos  en aquello que dicen que todo se aprende y nos cuestionamos el cómo y si tendremos fuerzas para aguantar hasta que nuestra pareja aprenda a querernos como nosotros queremos.
¿Y si no aprende?
Entonces deberemos poner en valor nuestras necesidades con nuestros afectos y si es preciso aprender a  desvincularse sin traumas, de manera civilizada y con el respeto que merece el haber querido a alguien durante “X” años de nuestra vida.
Las estadísticas nos indican que son en su mayoría las mujeres quienes expresan y manifiestan su descontento, o inconformidad con la manera de ser, estar y/o de expresar o manifestar de su pareja.
La comunicación eficaz es la base de cualquier relación. Uno de los motivos que llevan a que la pareja se vaya distanciando afectiva y sexualmente es precisamente la ausencia de ésta. Porque cuando decimos comunicación no nos referimos simplemente a hablar de temas prosaicos (que también hay que hablarlos) Cuando hablamos de comunicación estamos hablando de expresar sentimientos y emociones; deseos, afectos y conductas en cualquiera de los ámbitos de la convivencia, también el que concierne a la sexualidad.
Pero en más ocasiones de las que sería deseable, el comunicarse se reduce al intercambio de reproches y algún que otro improperio, que hace que la comunicación acabe siendo destructiva y en muchas ocasiones evitada y temida por sus miembros.  
Y es que todos hemos aprendido al dedillo a decirle al otro todo lo que no nos gusta de lo que hace o no nos hace (generalmente en una discusión a modo de reproche) pero pocos expresan a su pareja con igual frecuencia todo aquello que reciben de esta y que además les gusta y hace sentir bien. Si lo que hacemos o decimos se encuentra normalmente en territorio ingrato ¿Hay espacio para los afectos? ¿Para la sexualidad?
 Seguiremos…
Fdo.: Raquel Díaz Illescas.

martes, 22 de enero de 2013

Aprendiendo a expresar emociones

Necesitamos sentirnos queridos, valorados, respetados, entendidos y escuchados, pero también deseamos que nuestra pareja nos exprese lo que piensa y siente en determinadas situaciones. Pero esto no siempre sucede así, ni en el tiempo ni en la forma.
Y entonces ¿qué hacer ante la necesidad de que nos cuenten, nos digan, hagan y nos quieran como nosotros queremos?
Lo primero, respetar al otro. Si no sabe cómo expresar lo que siente o piensa, por mucho que le  machaques con que lo necesitas, que debe hacerlo, no por ello lo hará en la forma y medida que desearías.
Si quieres a tu pareja, si te importa y quieres seguir compartiendo un proyecto de vida junto a ella:
Þ    Enséñala a que te exprese sus emociones, tú puedes ser el modelo a seguir (si es que te gustan tus actitudes).

Þ    Hazlo desde el refuerzo positivo, nunca desde el reproche.


Þ    Ponle más énfasis en las cosas que te gustan y las que hace bien, más que en las que te desagradan, y házselo saber.

Þ    Evita las comparaciones con otras parejas (tanto si estáis solos  o acompañados).


Þ    Expresa tus deseos y necesidades en positivo, es mejor decir: Me encanta cuando llegas y me das un beso (positiva); en lugar de decir: Nunca me das un beso cuando llegas (negativa). La primera favorecerá el que se repita esta conducta, la segunda provocará conflicto.

Þ    Sustituye los NUNCA, JAMÁS, o SIEMPRE por: algunas veces, de vez en cuando, o por expresiones positivas, etc. Los absolutos son distancia dores y precursores del conflicto. Ejemplo: “Nunca me das un beso, siempre tengo que hacerlo yo”. Es mejor decir: “Me encanta cuando me das un beso”. “Nunca dices nada”, Mejor decir: “Hoy estás más callado”. 

Þ    SER por ESTAR: Es muy frecuente utilizar el verbo ser para calificar o asignar a la pareja una conducta negativa y permanente. Ejemplo: Eres muy frió cuando hablas” Mejor: “Hoy estás más callado”.

Þ    Premia sus logros o avances, minimiza sus fallos.
Aprender a verbalizar sentimientos no es fácil, ni es algo que se aprende de la noche a la mañana. A veces se precisa de la intervención de un profesional. Este es un proceso lento y que requiere de mucha paciencia y sobre todo mucho amor por la pareja. 
A partir de aquí tendrás que valorar al menos dos aspectos:
1.    ¿Te merece la pena el esfuerzo y las energías que deberás consumir en este aprendizaje?
2.    Es importante tener en cuenta que tú puedes necesitar, desear y querer que tu pareja aprenda a verbalizar y expresar sus emociones, pero ¿Ella que quiere? Puede ser que ésta no quiera o pueda hacerlo. De manera que lo primero es contar con la predisposición que tu pareja tenga hacia el cambio ¿Ella piensa que hay algo que debe modificar? ¿Quiere hacerlo?
¿Hay otras opciones?
Seguiremos...
Fdo. Raquel Diaz Illescas